En 1997 el mundo conoció un joven mago, fruto de la pluma de J.K. Rowling, cuya historia conquistó a millones lectores. Tras una saga de siete libros, en 2007, la autora decidió discontinuar el universo fantástico que había creado pero, para ese entonces, ya había trascendido los libros llegando también al cine y otras formas de entretenimiento. Solamente en cuanto a juegos oficiales de Harry Potter, se contabilizan más de una docena, a uno de ellos le dedicamos este artículo.
El juego Harry Potter: Los Misterios de Hogwarts (nombre original: Harry Potter: Hogwarts Mystery) fue desarrollado por la compañía Jam City; se considera oficial porque cuenta con la autorización de Portkey Games, una división de Warner Brothers Interactive Entertainment. Se lanzó al mercado en 2018 y está disponible para descargar desde la App Store o Google Play.
¿CÓMO SE JUEGA CON HARRY POTTER: HOGWARTS MYSTERY?:
Antes de explicar el funcionamiento, debemos mencionar que hay una pequeña “trampa” en el título, dado que en realidad el juego está ambientado antes de la llegada de Harry Potter al colegio de magia y hechicería Hogwarts. La idea es que puedas crear tu propio personaje (avatar), dotándolo de todas las características que quieras, y decorar tu habitación como más te guste.
Convertido en un estudiante, como le sucedió a Harry y su grupo, deberás elegir a qué casa quieres pertenecer (Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw, o Hufflepuff), para luego vivir aventuras increíbles y participar en desafiantes misiones junto a tus amigos. Todo esto mientras asistes a clases de hechizos y encantamientos, para mejorar tus habilidades.
Una muy buena noticia para los fanáticos del Quidditch, el juego que J.K. Rowling creó especialmente para la saga, también está incluido en Harry Potter: Hogwarts Mystery, para que la experiencia sea mucho más creíble.
¿QUIÉNES PUEDEN JUGAR CON HARRY POTTER: HOGWARTS MYSTERY?:
La empresa que desarrolló el juego estableció que éste está destinado a mayores de 13 años, principalmente porque algunas funciones requieren la utilización de dinero real. Aunque se pueden desactivar las compras, eso limitará el normal desarrollo.