Pueden jugar al Chinchón entre dos y ocho participantes utilizando los naipes de la baraja española; aunque existen otras variantes donde se juegan con dos mazos de cartas españolas (lo que posibilita la incorporación de más jugadores) o con naipes de la baraja francesa.
El principal objetivo al jugar al Chinchón es formar escaleras compuestas de siete naipes del mismo palo, lo que se denomina “Chinchón”. También inciden en la puntuación la formación de “escaleras” (implica contar con tres o más naipes de un mismo palo) o “tríos” (también llamados “pies” y que se forman con tres o cuatro naipes del mismo número)
Para comenzar a jugar al Chinchón se debe definir quién será el primer encargado de repartir los naipes, lo que da paso también a quién será “mano”, puesto que ocupará la persona ubicada a la derecha de éste (ambas posiciones irán rotando hacia la derecha a lo largo del juego)
El responsable de repartir las cartas en el Chinchón entregará siete a cada participante y dejará una octava boca arriba sobre la mesa. Ésta juega un papel muy importante porque, a su turno, cada jugador deberá decidir si la toma o si prefiere una del mazo. La diferencia entre ambas instancias radica en que, en el primer caso, el jugador conoce qué carta tomará pero también lo sabrán sus rivales; en el segundo caso sólo quien toma el naipe del mazo sabrá su valor pero no sin haber tenido la incertidumbre de si le resultará útil o no. Pasada dicha instancia, el jugador deberá arrojar nuevamente uno de los naipes para volver a tener tan sólo siete en la mano.
Los jugadores pueden optar por ir bajando, mientras transcurre el juego, las distintas combinaciones que van formando o bien, aguardar hasta el final, tratando de hacer menos diez. Esto puede ser riesgoso porque otro participante puede conseguir antes los naipes necesarios para finalizar la partida de Chinchón.
La mano finaliza cuando alguno de los jugadores “cierra”, es decir que ha logrado formar Chinchón, escaleras o tríos utilizando sus naipes. Si se vale de los siete y “corta” con el octavo se dice que ha cerrado con menos diez, lo que quiere decir que le será descontada esa cantidad en el puntaje total.
Al resto de los participantes se le sumará el valor de los naipes que poseen en la mano aunque, previamente, es posible que se deshagan de algunos a través de la opción “meter cartas” del Chinchón; que permite unir a los juegos de quien cerró los naipes que estén asociados a ellos (ejemplo: continuar hacia arriba o hacia abajo una escalera) Cabe destacar que no es posible meter cartas si no se ha bajado algún juego antes del corte y tampoco si se ha cortado con menos diez.
Para hacer el recuento de puntos en el Chinchón se toma el valor presente en cada naipe y en el caso de los comodines se recibirán cincuenta puntos por cada uno de ellos. El juego finaliza cuando alguno de los jugadores logra tener menos cien puntos o cuando consigue que todos los otros participantes superen los cien puntos. En algunas zonas se acepta la opción de “reenganche” que permite extender la duración del juego.
El principal objetivo al jugar al Chinchón es formar escaleras compuestas de siete naipes del mismo palo, lo que se denomina “Chinchón”. También inciden en la puntuación la formación de “escaleras” (implica contar con tres o más naipes de un mismo palo) o “tríos” (también llamados “pies” y que se forman con tres o cuatro naipes del mismo número)
Para comenzar a jugar al Chinchón se debe definir quién será el primer encargado de repartir los naipes, lo que da paso también a quién será “mano”, puesto que ocupará la persona ubicada a la derecha de éste (ambas posiciones irán rotando hacia la derecha a lo largo del juego)
El responsable de repartir las cartas en el Chinchón entregará siete a cada participante y dejará una octava boca arriba sobre la mesa. Ésta juega un papel muy importante porque, a su turno, cada jugador deberá decidir si la toma o si prefiere una del mazo. La diferencia entre ambas instancias radica en que, en el primer caso, el jugador conoce qué carta tomará pero también lo sabrán sus rivales; en el segundo caso sólo quien toma el naipe del mazo sabrá su valor pero no sin haber tenido la incertidumbre de si le resultará útil o no. Pasada dicha instancia, el jugador deberá arrojar nuevamente uno de los naipes para volver a tener tan sólo siete en la mano.
Los jugadores pueden optar por ir bajando, mientras transcurre el juego, las distintas combinaciones que van formando o bien, aguardar hasta el final, tratando de hacer menos diez. Esto puede ser riesgoso porque otro participante puede conseguir antes los naipes necesarios para finalizar la partida de Chinchón.
La mano finaliza cuando alguno de los jugadores “cierra”, es decir que ha logrado formar Chinchón, escaleras o tríos utilizando sus naipes. Si se vale de los siete y “corta” con el octavo se dice que ha cerrado con menos diez, lo que quiere decir que le será descontada esa cantidad en el puntaje total.
Al resto de los participantes se le sumará el valor de los naipes que poseen en la mano aunque, previamente, es posible que se deshagan de algunos a través de la opción “meter cartas” del Chinchón; que permite unir a los juegos de quien cerró los naipes que estén asociados a ellos (ejemplo: continuar hacia arriba o hacia abajo una escalera) Cabe destacar que no es posible meter cartas si no se ha bajado algún juego antes del corte y tampoco si se ha cortado con menos diez.
Para hacer el recuento de puntos en el Chinchón se toma el valor presente en cada naipe y en el caso de los comodines se recibirán cincuenta puntos por cada uno de ellos. El juego finaliza cuando alguno de los jugadores logra tener menos cien puntos o cuando consigue que todos los otros participantes superen los cien puntos. En algunas zonas se acepta la opción de “reenganche” que permite extender la duración del juego.