Entre los juegos infantiles más populares de la década de 1980 se encuentra el llamado “Veo veo”. Como suele ocurrir con los juegos para niños, éste tiene un aspecto educativo, ya que apunta a desarrollar la capacidad de observación de los pequeños mediante un mecanismo de adivinanzas.
Pueden jugar al “Veo veo” un número indefinido de niños, con la intervención o no de un adulto, el que será el encargado de plantear las diferentes adivinanzas o, de lo contrario, se emplea un sistema de turnos dándole así la chance a todos los niños de plantear un elemento incógnita para que los demás traten de descubrir de qué se trata.
Una vez que se ha definido quién será el primero en plantear la adivinanza, éste deberá pensar un elemento teniendo en cuenta que debe estar al alcance de la vista de todos los participantes. A partir de allí se desarrollará un diálogo, como el que transcribimos a continuación, para tratar de resolver el dilema planteado:
- Encargado de plantear la adivinanza dice: veo, veo.
- Participantes dicen: ¿qué ves?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: una cosa.
- Participantes dicen: ¿qué cosa?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: maravillosa.
- Participantes dicen: ¿de qué color?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: (color del elemento seleccionado)
En otras versiones del “Veo veo” se puede complementar o reemplazar la última pregunta por la siguiente:
- Participantes dicen: ¿con qué letra empieza?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: (primera letra del elemento seleccionado)
A partir de allí, teniendo en cuenta los datos obtenidos, los participantes deben comenzar a arriesgar y resultará ganador aquel que logre adivinar cuál había sido el elemento seleccionado. Por haber acertado recibirá determinada cantidad de puntos, los que se irán acumulando para poder determinar al ganador final.
Pueden jugar al “Veo veo” un número indefinido de niños, con la intervención o no de un adulto, el que será el encargado de plantear las diferentes adivinanzas o, de lo contrario, se emplea un sistema de turnos dándole así la chance a todos los niños de plantear un elemento incógnita para que los demás traten de descubrir de qué se trata.
Una vez que se ha definido quién será el primero en plantear la adivinanza, éste deberá pensar un elemento teniendo en cuenta que debe estar al alcance de la vista de todos los participantes. A partir de allí se desarrollará un diálogo, como el que transcribimos a continuación, para tratar de resolver el dilema planteado:
- Encargado de plantear la adivinanza dice: veo, veo.
- Participantes dicen: ¿qué ves?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: una cosa.
- Participantes dicen: ¿qué cosa?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: maravillosa.
- Participantes dicen: ¿de qué color?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: (color del elemento seleccionado)
En otras versiones del “Veo veo” se puede complementar o reemplazar la última pregunta por la siguiente:
- Participantes dicen: ¿con qué letra empieza?
- Encargado de plantear la adivinanza dice: (primera letra del elemento seleccionado)
A partir de allí, teniendo en cuenta los datos obtenidos, los participantes deben comenzar a arriesgar y resultará ganador aquel que logre adivinar cuál había sido el elemento seleccionado. Por haber acertado recibirá determinada cantidad de puntos, los que se irán acumulando para poder determinar al ganador final.